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La educación progresiva de Dewey frente a la educación tradicional


        En el primer capítulo del texto de Dewey “Experiencia y Educación”, muestra que “la historia de la pedagogía se caracteriza por la oposición entre la idea de que la educación es desarrollo desde dentro y la de que es formación desde afuera; la de que está basada en los dotes naturales y la de que la educación es un proceso para vencer las inclinaciones naturales y para sustituirlas por hábitos adquiridos bajo la presión externa” (Dewey, 1967, pp. 11-12) . La primera se obtiene desde la tradición, mientras que la segunda mira hacia el futuro. Estos términos son la educación tradicional y la educación progresiva y según Dewey, en el momento en que estas tienen que ser aplicadas en la escuela, la primera no es práctica en la misma.
         La educación tradicional, según el autor, impone modelos, materias y métodos de adultos, para los cuales el alumno requiere de un grado de madurez para su comprensión. Esta separación es tan grande que tanto las materias como los métodos que se utilizan para el aprendizaje son totalmente extraños para los alumnos impidiendo que la participación de estos en la clase sea activa. Su deber es aprender mediante lo que ya está incorporado en los libros y en la cabeza de sus mayores, enseñándoles bajo la base de un producto ya acabado, haciendo de esta una enseñanza estática la cual no está sujeta a los cambios que pueda haber en el futuro.
       Mientras que la educación progresiva, que nace mediante la crítica a la escuela tradicional, trata de cultivar la individualidad y la imposición de la expresión, la adquisición de destrezas, el aprendizaje a través de la experiencia, la máxima utilización de la oportunidades de la vida presente y dejar de lado los fines y materiales estáticos para pasar a un tipo de conocimiento amplio y cambiante. Es importante la educación desde su teoría, pero aún más en la práctica que se le da, así plantea la propuesta filosófica de la relación de la actual experiencia con la educación, entonces para una positiva construcción desarrollada desde la idea básica depende que se tenga una idea correcta de experiencia.
        Para la vieja educación el conocimiento “tradicional”, los métodos y las reglas de conducta son impuestos por una persona madura con pleno conocimiento de esta experiencia, y al mismo tiempo esto es impuesto sobre el joven inmaduro en el tema el cual no adquiere destrezas. En cuanto a la nueva, la educación es fundamentada por la experiencia personal, esto depende de los factores sociales que ayudan a constituir la experiencia individual. Esta nueva educación realiza su énfasis en la libertad del aprendizaje. Si bien Dewey orienta su trabajo hacia una crítica de la escuela tradicional no es su propósito descartarla ni desecharla por completo sino reformarla.


Bibliografía: Dewey, J. (1967) "La educación tradicional frente a la educación progresiva" En: Experiencia y educación. Buenos Aires: Losada.


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